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Casi famoso

Anécdotas de un periodista en conciertos, Taylor Swift y análisis musicales inesperados.

Por Carlox Soto

Pronto se cumplen los 20 años de la película Almost Famous. Se trata de un chico que quiere ser periodista de música en los años 70 y se escapa de la casa para viajar junto a su banda de rock favorita. La peli tiene todo: entrevistas fallidas, Philip Seymour Hoffman siendo un gran guía del protagonista (tipo Hunger Games, pero con menos sangre), hay orgías hippies; en fin, un montón de cosas maravillosas.

Al ver esa trama y notar un *cierto parecido* mío con el protagonista mucha gente pensaba que era mi película favorita. “Me escapé de la casa/colegio para ir a este concierto de esta banda que nadie conoce” fácil pudo haber sido mi bio en el colegio. Entonces cuando yo les decía que no conocía la película, siempre pensaban que estaba bromeando de alguna forma (eso es en parte mi culpa porque la mitad del tiempo no estoy hablando en serio).

La mayoría de la gente cree que siendo periodista de música lo que pasa en el primer día es que estás en backstage, te regalan drogas y hay una orgía hippie todos los días pero rara vez es así.

El trabajo consistía mucho estar parado en una acera a las 10 p.m., regalándole cigarros a desconocidos y esperando el momento justo para acercarse y decir: “Hola, soy Carlos, ¿le puedo hacer unas preguntas?” y que te digan “¡Claro! Después del concierto”. Ish, ok, yo no quería esperar hasta la 1 a.m. aquí pero obviamente uno sonríe y dice gracias y sigue en lo suyo.

Luego en el periódico el trabajo era muy a menudo ver el concierto con un ojo e ir redactando lo que pasaba con el otro. Muchas veces escribí en el celular −como cuando vino Ed Sheeran o cuando vino Balvin a San Carlos− y la nota se publicaba en web minutos después de terminado el concierto. Suena imposible al recordarlo pero esa era mi vida normal.

Esas experiencias me dieron todas las lecciones de socialización e improvisación que la vida no me había dado antes. Y cuando vi Almost Famous fue gracioso ver reflejado mucho de eso en la película. Tengo miles de no verla como para darles un análisis hoy, pero creo que lo más importante que enseña la película es.... kill your idols! y entender que las personas que hacen música son humanos y posiblemente nos caerían mal en persona.

Tamos bien

Otra gran enseñanza de ser periodista de música es que muchas veces los artistas que ni escuchamos son los que mejor nos caen. Me pasó eso con Matteo Bocelli, hijo de Andrea Bocelli en un Zoom hace unas semanas, la última entrevista que hice para La Nación. La pasé muy bien con Jack Johnson, también, que obviamente es todo chill.

Pero creo que uno de mis momentos Almost Famous favoritos fue cuando entrevisté a Ximena Sariñana en un Facebook live y hablamos de las Air Huarache que andaba puestas y le musicalicé la sesión de fotos con “Antes de Morirme” de Rosalía y C.Tangana. Un año después me dieron chance de entrevistarla en el festival Grito Latino y cuando llegó el momento ella solo me dijo “heeeey, hola” y me abrazó y luego le dijo a mi jefe que yo era buenísimo y me dio un disco firmado. El Carlox que escuchaba “Mediocre” en loop en el 2009 se sintió muy agradecido.

Mientras escribo esto, I can’t help but wonder, ¿se me acabaron esos días en los que podía hablar con gente famosa? Los días en el periódico en los que podía hablar en una misma semana con Natalia Lafourcade, Lin-Manuel Miranda o contar la historia de una banda nacional de solo chicas como Dystt. ¿Me volverán a dar entrevistas así? ¿Seré parte de una orgía hippie? ¿Ir a Envision dos veces cuenta como orgía hippie? ¿Van a volver los conciertos algún día? No sé, yo ya no sé.


Los análisis musicales inesperados de esta semana

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Esta entrega de La Necedad llegó un poco más tarde de lo planeado. Pero si llegó, es por el amor que me han mostrado estas últimas semanas; no quería defraudarles. <3

Compártanselo a un amigui que tenga crisis profesional igual que yo.