Una emotiva crónica de una directioner que esperó más de diez años para ver a "uno de los cinco".
Este año ha estado lleno de conciertos muy esperados: Coldplay, Ferxxo y Sech, Jhayco, y ahora Louis Tomlinson.
Las expectativas porque alguno de los cinco exintegrantes de One Direction visitara Costa Rica han estado muy altas en los últimos años y afortunadamente, el pasado domingo 5 de junio el sueño pudo cumplirse para miles de fanáticas en el mejor recinto para conciertos que tenemos en CR: Parque Viva.
LA NECEDAD tenía que estar presente en el concierto, pero para que la crónica fuera realmente fuera sentida tenía que buscar a una persona que soñaba con este momento desde antes de tener cédula, alguna chica que hubiera estado en las reuniones de 1D Costa Rica y que hubiera empapelado sus paredes y cuadernos con fotos de los cinco.
Creo que encontré a la persona indicada porque terminé de leer esta crónica con lágrimas en los ojos, aunque no fui al concierto, ni participé de aquellas reuniones de directioners. No importa, porque entre necios nos entendemos.
A continuación, una crónica del concierto de Louis Tomlinson por Nina Pérez / @letargoss
Es el 2012 y tengo casi 15 años, mañana tengo que ir al cole, pero como verdadera directioner no me puedo perder ningún video o foto del primer concierto de One Direction en su gira Up All Night en Estados Unidos. “Ojalá algún día se me cumpla el sueño de verlos en vivo, aunque sea a uno”, digo llorando y me voy a dormir.
Han pasado 10 años desde esa noche, One Direction se separó y ya no tengo los mismos sueños que cuando tenía 15 excepto este y aquí voy camino a cumplirlo. No los voy a ver a todos, pero veré a uno de mis favoritos, a Louis, el de los ojos súper azules, el loquillo, el de las zanahorias, el del kevin y los videodiarios.
No lo puedo creer. cada vez que pienso o escribo sobre esto me pongo a llorar y no entiendo, o sea una creería que la emoción disminuye con el paso del tiempo, pero es que ver a uno de mis artistas favoritos en mi país en serio no se compara con nada. Qué buen sentimiento.
Después de seis meses de espera por este concierto que va a marcar mi vida por siempre, voy de camino al parque viva con Laura y Susan, quienes en algún momento fueron del staff oficial del club de fans de One Direction Costa Rica. Pensamos que tendríamos que hacer la fila afuera de Parque Viva pero resultó que desde antes de las 6 a.m. había fans en las afueras del lugar y abrieron las puertas mucho más temprano de lo dispuesto. Cuando entramos estaban haciendo prueba de sonido y se escuchaba “Little Black Dress” a lo lejos, una canción de One Direction, y en ese momento las tres sentimos una tormenta de emociones. Era real. Louis estaba ahí. Por fin íbamos a escuchar una canción de 1D en vivo. Solo eran restos de lo que una vez soñamos, pero lo aceptamos con mucho gusto.
Durante la fila, en el centro de eventos, vi lo peor de nuestra fanbase cuando a alguna se le ocurrió quitar la barricada y todas corrimos empujadas hacia la primera fila, fue una estampida que no tomó en cuenta la presencia de menores y sus papás ni de nadie. Las que estaban haciendo fila desde muy temprano estaban furiosas gritándole “¡fuera, fuera!” a cualquier persona que no tuviera el brazalete negro que tenían las chicas del fanclub de Louis para identificar a las que habían llegado primero, o no sé la verdad,…. En todas las horas ahí esperando ese fue el drama más grande y nunca entendí la verdadera razón de esos brazaletes.
Mis amigas y yo pasamos de estar muy cómodas sentadas en el piso a ser sardinas entre cientos de chicas peleando por un espacio que todas merecíamos. Al final, creo que la mayoría se rindió o solo topamos con suerte de estar rodeadas por un grupo muy bonito. Hice amigas que habían salido de San Ramón desde las cinco de la mañana y todas estábamos demasiado felices de por fin cumplir nuestro sueño de ver a uno de los cinco en vivo. Decidimos sentarnos en el piso y contar todas las historias de directioners que teníamos, nos pusimos aceite de lavanda que llevaba una de ellas y esperamos tranquilas porque ¿qué era esperar unas horas más comparado a los 10 años que llevábamos esperando ya?
Casi a las 4 p.m., la hora establecida para el acceso a la zona Golden Circle (la más cercana al escenario) y a las butacas numeradas, nos levantamos a gritar que abrieran las puertas y los guardas de seguridad hicieron una cadena humana para evitar que abriéramos las puertas con nuestras propias manos.
Mis amigas y yo ya estábamos bastante cansadas, entonces si nos decían que pasáramos de la manita en filita, íbamos a obedecer con gusto. Pero muchas estaban como si les hubieran echado gasolina súper: listas para correr por sus vidas, codearse a quien fuera y estar al frente y si hubieran podido, hasta se suben al escenario.
Cuando logramos acomodarnos en el anfiteatro empezó el verdadero caos. Quedé en la tercera fila del centro entonces tenía una vista al escenario bastante buena, pero con bastantes personas detrás deseando mi espacio, por el que iba a tener que pelear las próximas cuatro horas; todas empujaban para adelante y para atrás, me tocaban, me jalaban, el calor era insoportable y los de seguridad empezaron a tirar botellas de agua porque muchas estaban desmayándose.
Faltaban más de 4 horas para que comenzara el concierto de Louis y yo estaba en un dilema: ‘¿valdrá la pena estar en una posición incómoda por horas en donde no voy a poder respirar bien, ir al baño ni comer algo solo para ver a Louis de cerca?’. Pero mi cuerpo lo decidió por mí y me desvanecí. Lo último que recuerdo es la chica a la par mía haciéndome viento con un cartel y luego despertar en una ambulancia. Susan y Laura me contaron que yo me desmayé y aunque fue muy difícil sacarme entre el mar de fans que violentamente cuidaban su espacio, lo lograron y me llevaron con los paramédicos. Soy un total cliché: la fan más necia que había esperado un montón para ver a uno de los cinco que ya toda vieja se desmaya por la ansiedad y claustrofobia. Igual si no era yo, iba a ser una de las tres, porque en serio ese tumulto estaba muy caótico.
Ya con signos vitales restablecidos, comí y encontré un espacio en la parte de atrás que se veía muy bien el escenario y dije: ‘mmm listo, de aquí no me muevo’. Estaba preparada con todo para disfrutar el concierto sin más imprevistos.
El último grupo telonero Sun Room estaba en sus últimas canciones y se los juro que yo todavía no podía creer que al que iba a ver en el escenario en unos minutos era a LOUIS TOMLINSON.
El momento había llegado y aunque yo creí estar lista, no lo estaba, cuando lo vi subir al escenario y cantar, caí en cuenta que sí era real, que ahí estábamos los dos en el mismo lugar, a la misma hora y todas las vivencias como directioner vinieron a mi mente. Las lágrimas bajaban por mi cara, corrí a abrazar a Laura con demasiado amor y gritamos “WE MADE IT”. Pero no fue hasta su segunda canción que era “Drag Me Down”, uno de los éxitos de 1D, cuando en serio caí en cuenta: acabo de cumplir un sueño. Así como que le hice check en mi mente.
Bailé, lloré y grité demasiado con cada pieza. Me conmoví mucho al ver todas las banderas arcoiris de Pride ondeando durante “Only The Brave”, las luces por todo el anfiteatro se veían increíbles y ver la sonrisa de Lou al ver los fans projects y a todes cantando en unísono creó un recuerdo de raíz en mi corazón. Escucharlo hablar fue lo mejor para mi vida, ese “massive thank you!” y “you are the best fucking fans of the world!” eran las mismas palabras que alguna vez escuché en videos de sus conciertos con la banda y ahora las estaba escuchando acá, en mi país, después de tantos años de creer que esto nunca me iba a pasar a mí.
Cada segundo lo disfruté como si fuera el último del concierto, pero en un momento cuando ya casi iba a terminar, todo se puso en silencio y con todo mi ser y fuerza grité “I FUCKING LOVE YOU” y −vean esto no es mentira porque tengo a mis amigas de testigo− el mae sí me escuchó y respondió “I FUCKING LOVE YOU TOO SAN JOSÉ” y bueno, no sé cómo no me desmayé ahí mismo por segunda vez, pero sí me oriné un poquito y sané a la chiquita directioner que soñó demasiado con este momento.
Louis Tomlinson pasándola incre. Foto: Melvin Molina/Move Concerts CR.
En ese momento reviví otro recuerdo: es nochebuena del 2013 y yo tengo 16 años. Mi cuarto está lleno de pósters de mi boyband favorita y le doy un beso extra al póster de Louis porque está de cumpleaños y salgo para abrir mi regalo de navidad: es el álbum reciente de One Direction -Midnight Memories- y llorando, lo puse en mi discman. Me acosté a escucharlo completo, cierro los ojos y suena “Through The Dark”, una canción que me dice que aunque este triste y todo se vea oscuro, pueden amarme genuinamente y acompañarme en esa oscuridad. Se volvió mi favorita junto con todo el álbum y desde ese día soñaba con escucharla en vivo. Abro los ojos y Louis Tomlinson la está cantando en frente mío en Costa Rica y se siente como un abrazo fuertísimo, de esos que verdaderamente sanan.
La última canción del concierto fue “Kill My Mind” y ahí ya todes la perdimos tanto que Louis se bajó del escenario y dejó que lo tocaran. Fue increíble.
Creo que si tuviera que describir este concierto en una sola palabra sería catártico. Cuando todo terminó quedé como si hubiera ido a una sesión de terapia muy fuerte de esas que una nada más queda disociada, en shock, con un bajón rarísimo, feliz y satisfecha, con demasiadas emociones mezcladas.
La espera de más de diez años valió la pena y Louis Tomlinson en serio es un profesional completo, dio un show excelente y estoy infinitamente agradecida con Move Concerts y toda la producción involucrada en que este concierto fuera posible. El domingo 5 de junio del 2022 queda marcado en mi memoria como el día que reafirmé dos cosas: 1. Amo ser la más fangirl y asistir a conciertos y 2. Que no importa cuánto tiempo pase, siempre seré la directioner más necia.