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Un Picnic Necio Parte 2: fotos y momentos

El segundo día de Picnic 2022 nos dejó mucha lluvia y emoción y otro montón de lluvia.

Por Carlox Soto

…Después de bailar, cantar y mezclar música, T-Pain anunció en el micrófono: NEEWW SHIT. El streamer y rapero había mezclado música por media hora, cambiando de ritmo cada 60 segundos como si estuviera pasando videos en TikTok. Luego, nos presentó algunas de sus canciones más famosas (increíble la versión de “I'm N Luv Wit A Stripper” mezclada con la intro de “Sicko Mode”). Pero era hora de ver hacia adelante y T-Pain logró lo que muchos artistas desean: estrenar una canción en vivo y que el público se la aprendiera al instante y la cantara con él.

Fue una de las mejores escenas del primer día de Picnic 2022 (pueden leer la crónica aquí), un momento en el que muchxs sentimos que estábamos justamente donde teníamos que estar, a pesar de las largas horas en el festival.

El segundo día, el sábado 30 de abril, no me regaló momentos tan intensos como ese. A los artistas tampoco. La lluvia nos maltrató a todos por igual y si bien pudimos ver a muchos artistas muy talentosos, el agua afectó el sonido y la experiencia.

*Si quieren escuchar mi resumen de Picnic Día 2 en lugar de leerlo pueden darse la vuelta por el podcast Páseme El Setlist en el que converso con Arturo Pardo. ¡Y suscríbanse!


Ya lo había dicho en la crónica del primer día: el agua era el precio a pagar por tener un festival. Pero no sería justo pretender que no fue un factor.

Desde que la banda nacional Magpie Jay estaba tocando a las 2 p.m. la lluvia ya estaba interfiriendo. Escuché a lo lejos su presentación y confirmé que la idea de tener un nuevo vocalista (aunque no tan nuevo) les sentó muy bien.

Cuando llegó el turno de ir a ver un poco de Boza y Ximena Sariñana tuve las primeras pinceladas de la lluvia. En ese momento no se sentía tan trágico, pero el agua se fue acumulando durante las presentaciones de Guaynaa y Julieta Venegas.

Pero no me quiero adelantar: Ximena Sariñana me dio mucho para anotar en la libreta.

“Qué bonitos se ven con esos impermeables, ¡parecen parte de mi escenografía!”, fue una de las frases que dirigió la mexicana al público. Aunque Ximena saltó a escena con canciones muy melancólicas, en los últimos años ha sabido agregarle más ritmo, celebración y color a sus presentaciones.

Como ella me explicó (nunca voy a superar ese show privado perdón) en sus últimos discos ha querido involucrar a otros escritores de canciones e incluso se fue a Colombia a grabar piezas como “¿Qué tiene?”. Justo llegué al escenario cuando sonaba esa canción y luego vino “Si tú te vas”, una que mezcla el sabor de reggaeton y…el sabor de la nostalgia (qué malo). Es curioso porque ella no ha perdido la melancolía pero esta sí fue la ocasión en la que la vi más suelta en el escenario. Uno de mis momentos favoritos fue escucharla cantando “Mis Sentimientos”, su colaboración con Los Ángeles Azules. Ojalá podamos ver show de solo de ella pronto.

Habiendo calentado un poco las rodillas para bailar, corrimos a ver a Guaynaa al escenario más grande. Sabíamos que íbamos a ver un show de full reggaeton pero ho-ly-shit. Guayna en serio bailaba e interactuaba con la gente como si la noche anterior no hubiera estado de fiesta hasta tarde.

Empezó con sus versiones de “Chica Ideal” y “Ay Amor” y poco a poco fue entrando en su propio repertorio que es el reggaetón más sexoso e intenso que la radio permite. Antes de “Tra Tra Remix” y “Taxi” hizo un llamado a eliminar la violencia machista que fue muy bien recibido por su público femenino y luego invitó a todas las mujeres a bailar -a la distancia- esas dos canciones que rayan en lo vulgar, sí, pero que no contradecían sus ideas: al final todo el show se trataba de celebrar nuestros cuerpos sin atropellar los derechos ajenos.

El clímax de esta fiesta fueron “Diplomático” y “Rebota”, dos canciones que no voy a poder escuchar sin acordarme de estar bailando con todo debajo de la lluvia.

Según mis notas, la voz de Guaynaa sonaba más fuerte que de resto de los instrumentos y en retrospectiva, este fue el momento en el que la lluvia empezó a “joder todo” como dijo Rauw Alejandro (pronto más sobre él).

Caminamos al escenario de Julieta Venegas que por motivos que ni entiendo tenía unos 15 años de no presentarse en concierto??? Busqué y el show más reciente era del 2007 y aparentemente estuvo vacío??? En fin, este concierto fue justo lo que necesitaba esa tarde de Picnic para poner a cantar a medio mundo. Literalmente: ahí me topé con la audiencia más grande que haya tenido ese escenario alternativo.

A la mexicana le sobran canciones para que cantemos: “Eres para mi”, “Lento”, “Limón y Sal”,… Enlistarlas todas no le haría jusiticia al sentimiento. Escucharla en vivo me recordó las tarde de sentarme a verla en MTV o Telehit y me puso a revisar cómo he vivido mis relaciones amorosas estos últimos años. Hubo lágrimas y también aplausos (siento que ya casi no aplaudo en conciertos, pero este me hizo sentirme como público y no periodista, entonces aplaudí como nunca).

Terminada la presentación de Julieta el cansancio y el maltrato de la lluvia me cayeron encima. Me moví a las áreas techadas a buscar refugio y descansar hasta que llegó el set de Moenia. La tentación de irme debajo de la lluvia a escuchar “Ni tú ni nadie” y “manto estelar” no existió y por dicha -gracias a a las pantallas- pude ver buena parte del show e incluso a la talentosa baterista que les acompañaba.

Después de una cena improvisada y de calidad cuestionable (no te extrañaba, comida de festival) salí del área techada para ver a Zoé. Sé que Reik fue la elección más obvia para mucha gente pero no quería quedarme sin ver una de las bandas que formó mi gusto por la música en español.

Zoé tuvo varios problemas de sonido al inicio pero igual insistieron y para cuando tocaron “Hielo” ya los problemas estaban solucionados. Fue bonito escuchar canciones nuevas de la mano de “Vía láctea” y “No me destruyas” y ver como el fandom ha crecido con una nueva generación. Zoé casi no ha cambiado -y esto es bueno o malo según uds decidan- pero lo que no pasa de moda es escuchar un show de rock bien producido que solo sigue acoplando más tecnología (desde sintetizadores hasta visuales) con cada año.

No mucha gente se quedó después de Zoé para ver a 424, pero los que sí, nos llevamos un gran show en el que los nacionales no solo estrenaron “Mermelada”, sino que rompieron 871 días de no estar en el escenario. Son de mis bandas favoritas para ver en vivo y el nuevo formato en el que Felipe se permite dejar la guitarra por ratos y cantarnos “Atlántico” y “No Tenernos” de cerca es increíble. Desde ya esperando que estrenen más canciones y finalmente suelten ese tercer disco.

Haberme quedado hasta el final de 424 hizo que legara un poco tarde a ver a uno de los headliners de la noche y el show más polémico del día 2: Rauw Alejandro.

Si han estado en Twitter en las últimas 48 horas sabrán que mucha gente quedó decepcionada y yo justo llegué a ese escenario mientras la mejor parte del show se estaba desarrollando. Rauw estaba cantando piezas de su álbum Vice Versa como “Sexo Virtual”, “Cúrame”, “2/Catorce” y otras canciones súper horny y perfectas para cerrar el día. En el escenario tenía un crew de bailarines enorme y aunque él no cantaba todos los versos de las canciones (el público se hacía cargo de eso), él se movía y bailaba para mantener la energía fuerte en el escenario.

Rauw no estaba interactuando con el público y eso aquí en Costa Rica siempre se resiente mucho. Según me dijo Pardo en el podcast Rauw al inicio de su show ni siquiera cantó y se dedicó a bailar, lo cual a él le pareció un gran insulto al público. Pardo decidió no ver el resto del show.

Mi percepción es que Rauw logró acomodarse y soltarse conforme avanzó el show, que de hecho cerró en un coro épico para “Todo de Ti”.

El novio de Rosalía tiró un par de tuits que dejaron ver que se preocupa bastante por los comentarios que dan de su show y su solución fue invitarnos a ver un show fuera de festival…. Esto tiene sentido pues un show en solitario va a tener toda la producción volcada a un solo artista y así todo va a salir mejor, pero como público no creo que sea una solución.

Entendiendo cómo funcionan estos conciertos sí creo que Rauw traía un show preparado para un lugar techado o venía muy cansado de su itinerario absurdo de conciertos (o los dos). Pero de cualquier forma, su concierto -que insisto, me gustó y no creo que haya sido horrible como dicen- sí quedó un asterisco encima.

Ese fue mi último show en Picnic. Carlos Vives era el siguiente pero algo me dice que voy a tener oportunidad de verlo pronto. Esa certeza de que volverá y mis sentimientos con respecto a la lluvia se resumen con una última frase: Así es la vida en el trópico.


Una frase que me quedó dando vueltas en la cabeza este fin de semana:

Mientras Picnic siga siendo el único festival vamos a tener que quedarnos con las ganas de ver a muchos artistas que no tienen el mismo atractivo pop y “amarrados” a un sonido muy particular de música latina. Si hubiese un festival más alternativo estaríamos peleando por Rosalía, C.Tangana, Bad Gyal, Kali Uchis, Arca y otro montón de artistas que suenan más en Spotify que en radio. A Jogo le urge esa competencia porque a nosotros como público la variedad nos urge, también.

Gracias a Jogo por invitarme a Picnic, jejeps.

Y gracias a uds por leer hasta aquí. <3