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5 canciones para entrarle a Arca

Jorge Mora nos cuenta por qué vale la pena conocer más de la discografía de la doña, la patrona y la madre de lxs mutants.

Inauguramos una nueva sección en LA NECEDAD: "5 canciones para entrarle a...". Desde nuestros inicio nuestra misión ha sido que más personas conozcan artistas que nos gustan y que los fans más fans tengan la oportunidad de gritarlo al mundo. Con esto en mente, le pedimos a Jorge Arturo Mora de La Cuarta que seleccionara 5 canciones para definir a nuestra patrona doña Arca y que quienes tengan curiosidad más allá del hit under "Rakata" puedan sumergirse en la cruel gentileza de sus sonidos.

Arca fue un inicio ambicioso pues tiene 8 álbumes, cuatro mixtapes y una vez, en diciembre del 2021, lanzó cuatro discos en una semana (el discord de LA NECEDAD celebró escuchándolos todos en fila). Presentarla no era tarea fácil, pero no se nos ocurre una mejor persona para lograrlo que Jorge.

¿Por qué empezar con Arca? Hace una semana los peruanos de Dengue Dengue Dengue lanzaron el EP Agita2 en el que experimentan con ritmos caribeños chopped and screwed y samples cortados para crear atmósferas tenebrosas. Esta misma semana se cumplen 10 años de que Arca hizo eso mismo en "Thievery", una pieza que abrió un portal para muchxs productores latinos (incluido nuestro querido mntjy con her note, hace 8 años).

En términos de producción pop "futurista", vivimos en el mundo de Arca.

El caudal infinito de Arca

Por Jorge Arturo Mora

Me tuvo que suceder de la manera menos esperada. Estaba abriendo una bolsa de jamón en la cocina cuando me llegó la respuesta de un enigma que llevaba días (y páginas de Word) sin resolver. Buscaba una respuesta para explicar qué es Arca para un neófito, pero Arca es una artista que congrega tantos matices, tantas concepciones musicales y simbólicas que me había costado demasiado entender que no podía hacer un texto sobre su obra tratando de asumir toda su música como si se pudiera resumir con una sola frase.

Creo que lo maravilloso de la discografía de esta venezolana de 35 años reside en que depende de un trato con quien la escucha: hay que estar dispuesto a explorar -con la misma ilusión con la que un niño lee su primera novela de aventuras- una dimensión de música a la que me gusta llamarle “cascada”: una autoría que viene desde una misma fuente, pero desemboca en distintas velocidades -hasta en distintos colores- según arrecie el entorno en que se desarrolla.

Pero su corriente no es predecible, a diferencia de muchísimos otros artistas. ¿Cuántas veces, cuando corresponde reseñar un artista, podemos aferrarnos al clásico esquema de primeras etapas experimentación y popificación = madurez? Con Arca, las reglas cambian.

Antes de entrar en estos detalles un poco más a profundidad, me veo en la obligación de ser reduccionista y hacer una pausa para tratar de explicar qué es Arca y su obra.

Su música es experimental, visceral y profundamente emocional, objetivamente difícil de digerir para un oyente de radio tradicional. ¿Sus géneros musicales? Pues combina principalmente elementos de electrónica, reggaeton y noise con una estética futurista, pivotalmente queer y siempre transgresora. Por eso, aún con ese cemento musical, nunca se podría decir que Arca es reguetonera, ni DJ de Tomorrowland (aunque sea impresionante con las CDJs), ni nada similar. Arca es Arca y ya.

Lo fabuloso de ese carácter voluble es que ella sigue experimentando hoy con su música, aún tantos años después de su primer EP del 2012 y muchos más desde su debut como Nuuro a mediados de los dosmiles.

Uno puede asomarse a lo más viejo de su discografía y toparse con propuestas que sí, son de vanguardia, pero asombrosamente concisas. Su vanguardia no son demos ni se perciben como prueba y error: siempre se siente intencionada. Desde el inicio de su carrera le encantaba divertirse con sonidos y a la vez ofrecer canciones a las que no se le encuentren vicios ni lunares (es una de las pocas artistas que demuestran que esta relación no es excluyente).

Nuuro fue el primer proyecto formal de Alejandra Ghersi.

Lo mismo podemos decir con su presente: Arca no sigue fórmulas, pero extrañamente -y esto le tocará a los más académicos diseccionarlo- sigue sonando de una forma única y con aliento de autora. Experimenta y es sólida; algo único.

Este último aspecto me ha dado vueltas, no solo por la escritura de este minúsculo texto en aras de inspeccionar su discografía, sino por las propias influencias que ya ha diseminado. Por supuesto, Arca tiene una carrera más que madura para permear a otros artistas: el otro día estuve escuchando obsesivamente a Oklou, una artista francesa evidentemente influenciada por su esencia.

Oklou puede tratar de absorber muchas de las decisiones de Arca, la forma en que construye sus beats (sean rápidos o lentos) y los cambios de tempos que tanto la identifican, pero aún así, no logra escucharse con la misma astucia con la que Arca produce sus canciones.

En yuxtaposición, uno puede dilucidar este mismo componente con las colaboraciones de Arca. En las que aparece frontalmente, como en "KLK", Arca demuestra su ingenio al tomar la voz de Rosalía y darle la vuelta totalmente a cualquier expectativa y a cualquier decisión que se hubiera esperado de su colaboración. KLK es, desde su concepto, una pieza de astucia y aunque la voz de Rosalía esté en primer plano a lo largo de su minutaje y mucha de la producción venga de SafetyTrance (productor que se dio a conocer en el discord de Arca), la canción es de autoría de Arca desde cualquier costado que se le mire. Lo mismo me sucede con su último single, "Chama", donde refinó y redefinió los alcances del estilo de Tokischa.

En un segundo nivel de abstracción, pasa lo mismo con su rol más estricto como productora. El ejemplo más lógico es el disco Utopia de Björk. Ahí Arca, estando frente a un peso pesado de la música alternativa, la deja brillar con tofos sus colores; pero no es difícil su mano encima de todas canciones, por lo cual Björk ni dudó en poner su nombre en los créditos.

Todo esto que les cuento suena muy etéreo, por supuesto (¿acaso no es eso la música?), pero para hacer caso a las instrucciones que el querido Carlox Soto me dio, haré el esfuerzo por tratar de ubicar algunas de sus canciones y referenciarlas para “venderlas” a oídos vírgenes de su música.

En fin. Acá vamos.

"Luna Llena"

Es un ¿amigable? punto de entrada para Arca; un tema que tiene una armadura muy suave y sofisticada para oídos agradecidos, con esa voz suya tan única que pareciera acariciar cada beat. Una canción rítmica en comparación con sus propuestas más experimentales y que tiene la melancolía que caracteriza a su repertorio. Bailable, pero íntima. De beats convencionales, pero aún así de autor. Tiene un poco de todo lo que a uno le gusta de su música.

"Piel"

A mi parecer, "Piel" es el tema más redondo de Arca. Su armonía parece sacada de un relato fantástico y la letra es poderosísima. En su disco homónimo del 2017, fue la primera vez en que Alejandra se animó a poner su voz en primer plano y en Piel su tesitura aparece como el violín concertista de una pieza sinfónica. Es una obra delicada, dolorosa, que aborda uno de los temas medulares de su música: la identidad. Muestra a la Arca más adolorida, la más poética, casi trovadora. Escuchar esta pieza es como ver una película que al final lo deja a uno caer rendido.

"Brokeup"

Tema de la era temprana de Arca, de cuando no había revelado su ahora icónico rostro, en el EP Stretch 2 (2014). Un tema más volcado hacia un hip hop tremendamente sintetizado, rico en matices. Es siempre provechoso escuchar las raíces de una artista antes de su estallido y escucharla hoy, que su carrera está más que consolidada, es todo un placer.

"Thievery"

Larga vida al sintetizador. Pocas artistas han sabido encontrar las virtudes de este instrumento y entender que no se reduce a los espacios en que nació ni, por supuesto, a sus lugares comunes. Arca le da profundidad a sus beats con sintetizadores marcados, violentos, tan transgresores como sus intenciones con la música. Precisamente, en el disco Xen (2014) y su predecesor Mutant (2015) hay toda una oda a este manifiesto de intenciones: música que parece brotar desde lo oscuro, desde los márgenes. Difícil de describir, como cualquier experiencia singular en la vida.

"Rakata"

Todo aquello con lo que coqueteó Arca durante su primera etapa de música alcanza su clímax en "Rakata" (y posiblemente también en "El alma que te trajo", otra pieza producida con SafetyTrance). Aún en estos tiempos, en que el que el neoperreo parece haberse dado su lugar en las fiestas queer y pop, "Rakata" sigue sonando como un fruto extraño en el mejor de los sentidos; un reguetón turbio y desafiante, casi que futurista, y que no se parece a otra cosa que a sí mismo.